Hace dos años, era difícil creer que la lucha contra las partículas de polvo se convertiría en un tema tan candente en la industria de alquileres vacacionales y en el mundo en general. Sin embargo, y por razones obvias, la limpieza y las ‘tarifas de limpieza’ se han convertido en puntos de conversación y controversia en los últimos meses. Esto es especialmente cierto en lo que respecta al gigante de las OTAs, Airbnb.
El problema es que existen muchas concepciones erróneas sobre las ‘tarifas de limpieza de Airbnb’. El término en sí mismo es, francamente, una falacia, desconocida para demasiados huéspedes y operadores en ciernes.
Así que estamos aquí para aclarar cualquier ambigüedad en la industria y presentar todos los hechos (de la manera más pulida, por supuesto).
Las tarifas de limpieza de Airbnb en realidad no existen
Esto será una noticia impactante para algunos. Pero la ironía sobre el ‘problema’ con las tarifas de limpieza de Airbnb es que en realidad no existen.
La OTA explica, de manera un tanto indirecta, que las tarifas de limpieza las establecen los anfitriones y dependen completamente de su propiedad, sus competidores o lo que el anfitrión decida cobrar por esa estancia en particular.
Estas tarifas se suman al costo total de la reserva de un huésped y no se cuentan como depósito ni son reembolsables.
Sin una política oficial de Tarifas de Limpieza de Airbnb, es responsabilidad del administrador de la propiedad tener en cuenta los costos de limpieza (o incluso los estándares de limpieza adecuados). Como tal, es responsabilidad del anfitrión gestionar esto **por completo**, lo que significa que son las tarifas de limpieza del anfitrión y, técnicamente, no de Airbnb.
Aumento de las tarifas de limpieza (y aumento de quejas)
Con expectativas más altas en cuanto a los estándares de limpieza, gracias a otra ‘palabra con C’ de la que estamos cansados de mencionar, no sorprende que las tarifas de limpieza hayan aumentado en general.
De hecho, un [informe reciente de hospitalitynet](https://www.hospitalitynet.org/opinion/4098619.html) afirmó que la industria hotelera y de alquileres vacacionales opera ahora en un mercado conocido como ‘Generación Limpia’, donde la salud y la seguridad tienen una profunda influencia en la psicología del viajero.
Por lo tanto, los anfitriones de Airbnb están bajo una inmensa presión para mantener los estándares de limpieza, pero, como era de esperar, esto conlleva un costo.
Las tarifas de limpieza en Airbnb se establecen para ayudar a los anfitriones a cubrir los gastos adicionales de limpiar una propiedad después de que los huéspedes se hayan retirado. A diferencia de la mayoría de las empresas hoteleras, es probable que estos anfitriones no tengan el lujo de contar con un equipo de limpieza interno y necesiten externalizar la tarea a una empresa profesional de limpieza (o tal vez, comprar los suministros y limpiar ellos mismos).
Entonces, ¿por qué cientos de huéspedes enojados se quejan de los “astronómicos” costos de limpieza de “Airbnb”?
Muchas fuentes afirman que ‘la falta de transparencia’ por parte de la OTA es el principal problema. A menudo se muestra a los huéspedes una “tarifa base” que podría duplicarse o incluso triplicarse una vez que se sumen las tarifas de limpieza del anfitrión y las tarifas de servicio de Airbnb.
Un [tuit](https://www.fox5dc.com/news/airbnb-customers-upset-complaining-about-expensive-cleaning-fees) (según lo informado en Fox 5) de un huésped de Airbnb afirmaba que le dieron un desglose de la tarifa de alquiler de dos noches de $198, que luego aumentó a $413.95 debido a los costos adicionales. Con esto en mente, no es de extrañar que los ánimos estén caldeados.
¿Quién es realmente responsable de limpiar la industria de alquileres vacacionales?
Si bien Airbnb ha prometido revisar las tarifas de limpieza en varias ocasiones, la verdad es que no son la causa fundamental del problema.
La OTA, así como los huéspedes experimentados de Airbnb, afirman que los problemas relacionados con las tarifas de limpieza se abordan mejor con los propios anfitriones, quienes son las únicas personas que pueden reducir los costos (o eximirlos por completo).
El problema es que, con un “intermediario” tan dominante controlando el proceso de reserva, establecer un contacto fiable con un anfitrión de Airbnb es toda una odisea. Por lo tanto, se aconseja a los anfitriones que establezcan tarifas de limpieza “razonables” y tengan en cuenta a los huéspedes (y el estándar en el que se deja su propiedad) al realizar el pago adicional.
Los huéspedes siempre deben consultar el precio total de sus reservas, que incluirá las tarifas de limpieza y la tarifa de servicio de Airbnb, y dividirlo por la cantidad de noches que se quedarán, para ver si está dentro de su presupuesto.
Una simple [búsqueda en Google de ‘tarifas de limpieza de Airbnb’](https://www.google.com/search?q=airbnb+cleaning+fees&oq=Airbnb+cleaning+fees&aqs=chrome.0.0i512l3j0i22i30l7.921j0j15&sourceid=chrome&ie=UTF-8) – seguida de la multitud de artículos que se cargarán de inmediato en tu pantalla – te dirá cuán malentendida parece ser la industria de alquileres vacacionales cuando se trata de entender el papel de Airbnb en las políticas y costos de limpieza.
En términos sencillos, la OTA no establece los números y tiene muy poco control para negociarlos con los huéspedes. Esto nos hace cuestionar si el término ‘tarifas de limpieza de Airbnb’ en sí debería ser eliminado del diccionario de hospitalidad.
Te dejamos a ti decidir.
