Hace unos años mis hermanos y yo, perdimos a nuestra madre por culpa del cáncer. Tenía 67 años.
Era una persona única con valores, principios y mucho coraje, tuvo que criar 4 hijos casi sola. Casi nada
Hace 20 años fue cuando decidió dejar la ajetreada vida en la ciudad y retirarse al campo para darse un respiro. Con unos recursos financieros limitados, compró una finca de medio acre y una casa antigua de 1900 con un granero destrozado para gradualmente transformarla en una bonita casa rural rodeada de jardines, viñas, olivos y, por supuesto, unas maravillosas vistas. No fue tarea fácil, fueron casi 15 años y mucho esfuerzo para finalmente crear aquello que visionó cuando compró aquellas viejas ruinas. Vivió dedicada a asegurarse que que teminaba el trabajo que se había propuesto completar.
Cuando los 4 heredamos la casa, pensamo que sería genial tenerla para vacaciones y reuniones familiares. El tema era que dos de mis hermanos vivían de forma permanente en Holanda mientras que mi mujer y yo, preferíamos la casa de campo de su familia ya que estaba más cerca del mar, lo que era ideal para nuestro hijo de 3 años. Es decir, ninguno de nosotros la visitábamos tanto como para mantenerla como una opción real. Venderla tampoco era una opción ya que el mercado ha ido cayendo en picado desde 2009 y todavía no se ha recuperado. Eso nos dejó una opción: Airbnb
El primer año, nuestro hermano más pequeño vivía en la casa principal y alquilábamos un pequeño estudio que mi madre construyó cerca de la casa en lo que era un antiguo granero. El primer año tuvimos 5 reservas, el siguiente 10, luego 15. Mientras, los impuestos del estado subieron y decidimos que lo mejor era que nuestro hermano se mudara a un pueblo cercano. Ese año el estudio tuvo 20 reservas y la Villa solo 2. A mediados de junio no era capaz de entender el porqué de que nuestra casa de 4 habitaciones no se vendiese tan bien como el estudio, al precio que ofrecíamos. Llegó la hora de investigar qué pasaba.
Resultó que había mejores sitios que Airbnb para anunciar una casa de 4 habitaciones y 3 baños. Descubrimos un sitio dirigido a familias y grupos grandes, se llamaba Homeaway. Dimos el paso al anunciar la Villa en Homeaway y como era de esperar, las reservas comenzaron a aflorar de cara al verano.
Agosto había terminado casi cuando me di cuenta que no teníamos reservas de cara a los próximos meses. La propiedad está cerca del mar por lo que es perfecta para el verano, pero también al lado de un resort de esquí, montañas, gargantas, bosques de coníferas y otras muchas escapadas y actividades de otoño e invierno. Por ello al menos esperaba algunas reservas para ese periodo invernal. Llegó septiembre y nada cambió. Era tiempo de probar otra cosa.
Booking.com siempre había sido un sitio de hoteles para mi. Nunca imaginé que podría encontrar allí alquileres vacacionales ya que nunca se habían vendido de tal manera. De todas formas, pensé que no tenía nada que perder y probé a anunciar nuestras propiedades allí. Resultó ser una de las mejor decisiones que tomamos. Docenas de ciudadanos nos encontraron en Booking.com y reservaron escapadas de fin de semana y excursiones cortas a nuestra Villa y al Estudio, llenando nuestro antes vacío calendario de invierno.
Tras eso, me vine arriba. Tripadvisor, 9flats, Wimdu, Roomorama, publiqué el anuncio en todos los lados. Nuestro calendario estaba lleno, finalmente podíamos cubrir los gastos y yo, más feliz que una perdiz.
¿O era yo?
Resultó ser que, anunciarse en muchos canales, no fue tan fácil como yo pensaba. Cuando tenía una reserva de un canal, tenía que entrar al resto de canales y deshabilitar la disponibilidad para esas fechas. ¿Por qué tenía que estar así? Si no lo hacía, dejaría las fechas abiertas en otros canales con la posibilidad de que alguien reservara en las mismas fechas desde otro canal. Tendría que cancelar la reserva de unos de los dos canales, bajando así mi puntuación de anfitrión (A nadie le gusta reservar vacaciones y que el dueño se las cancele). Cuando un canal penaliza a un anfitrión por el comportamiento significa que las propiedades comienzan a aparecer más abajo en los resultados de búsqueda, los comentarios negativos por los viajeros decepcionados tampoco ayudan. Nadie quiere eso.
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Al poco tiempo me encontré a mi mismo buscando en Google cómo sincronizar nuestros calendarios. Si bien es cierto había varias soluciones pero la mayoría estaban destinadas a hoteles, eran caras y difíciles de configurar. Las pocas soluciones para alquileres de corto plazo eran igual de caras ya que estaban dirigidas a agencias que gestionan docenas o cientos de propiedades. Al final encontré algunas herramientas más económicas destinadas propietarios de dos alquileres vacacionales, pero no eran para nada de fiar. Acabé intentando arreglar sus fallos manualmente.
Y así, queridos lectores, nace Syncbnb
La simple necesidad de resolver mi propio problema, el cual, a juzgar por los cientos de solicitudes de registro que hemos tenido en los últimos meses, es cualquier cosa pero mi problema. Es un problema que cientos de miles de propietarios en todo el mundo se enfrentan a diario y todavía más, cuando decidan publicar sus alquileres vacacionales en múltiples canales. Incluso lanzamos una encuesta entre más de 1200 propietarios y gestores de alquileres vacacionales para corroborar nuestros hallazgos.
Junto con Petros, el co-fundador de CTO de Syncbnb, nos dispusimos a construir la mejor solución para la sincronización de calendarios disponible en el mercado, prometiendo resolver un problema que ha afecta a los propietarios en todo el mundo desde que Airbnb se hizo popular.
Si eres propietario de un alquiler vacacional que administras por tu cuenta, regístrate en nuestra prueba gratuita de 30 días aquí. No te arrepentirás.